El artículo N°50 de la Ley de Garantías y Protección Integral de la Niñez y Adolescencia señala que los niños, niñas y adolescentes que infrinjan la ley, sean o no responsables penalmente “tienen derecho a recibir protección especializada por poli victimización; derecho a su recuperación física y psicológica y a la plena integración social y educativa”. En este marco, la Ley N°20.084 fija el objetivo de la reinserción social de los adolescentes responsables penalmente que sean condenados por sanciones. Asimismo, las Directrices de Riad recomiendan a los Estados el realizar medidas eficaces para prevenir la comisión de delitos a toda edad, con un rol clave también en socialización y trabajo con las familias.
En este marco, el presente artículo analiza brevemente algunos datos que podrían dar luces sobre el comportamiento delictivo de adolescentes responsables penalmente en los últimos años, demostrando una reducción de la cantidad de adolescentes involucrados en delitos, pero una concentración de detenciones en un número reducido de adolescentes.
Adolescentes y delitos en los últimos años
Tanto la cantidad de delitos de adolescentes, como la proporcionalidad de éstos en el total de la población, han venido disminuyendo. Así se muestra en el Gráfico N°1 con estadísticas de ingresos de diferentes actores que participan del sistema de responsabilidad penal adolescente.
Fuentes: Elaboración propia a partir de datos obtenidos por solicitudes de información a la Defensoría de la Niñez de Carabineros de Chile, Sename, además de Boletines Estadísticos de Fiscalía de Chile anuales. Cabe destacar que las cifras del Ministerio Público son mayores que las detenciones dado que éstas solo consideran a Carabineros de Chile (y no Policía de Investigaciones), entre otros factores.
Asimismo, al comparar los delitos de alta connotación pública (homicidios, hurtos, lesiones, robos y violaciones) cometidos por adolescentes de 14 a 17 años en relación con el total de este grupo de delitos cometidos por la población, es posible constatar en el Gráfico N°2 que su participación es significativamente menor y que además ha disminuido de un 11% en 2019 a un 7% en 2021.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos obtenidos del Centro de Estudios y Análisis del Delito CEAD de la Subsecretaría de Prevención del Delito. Los datos son en base a casos policiales registrados, que miden tanto las denuncias policiales, como las detenciones realizadas por las policías.
Gravedad de delitos
Ahora bien, al analizar cifras de detenciones de Carabineros de Chile (entregadas por esta institución a la Defensoría de la Niñez) en relación al tipo de delito, el Gráfico N°3 muestra un aumento de 2021 a mayo de 2022 de la proporción de los delitos de alta connotación pública y violentos (incluyendo delitos sexuales), aunque volviendo a la proporción que existía antes de la pandemia. La categoría otros considera delitos como incivilidades, abigeato, receptación y delitos sexuales.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos obtenidos por entrega de información de Carabineros de Chile. Aun cuando los datos son de distribución porcentual dentro de un total de detenciones, los resultados de 2022 deben entenderse de forma exploratoria hasta terminar el año, considerando posibles factores estacionales.
Al profundizar en los delitos violentos y de alta connotación social, la proporción se explica principalmente por un fuerte aumento en esta de los delitos de lesiones leves los cuales variaron de un 13,5% a un 30,5% desde 2019 a la actualidad, o el robo con intimidación que pasó de un 7,7% a un a un 9,6% en contraste – por ejemplo – con la disminución de robos en lugares no habitados que pasaron de un 8,5% a solo un 2% en el mismo rango de fechas, o hurtos en supermercados de 30% a 14% (lo que está muy marcado por la crisis social de 2019).
Fuente: Elaboración propia a partir de datos obtenidos por entrega de información de Carabineros de Chile. Incluye delitos de abuso sexual, hurtos, homicidios, lesiones, robos, violación, secuestros, violencia intrafamiliar con lesiones. Aun cuando los datos son de distribución porcentual dentro de un total de detenciones, los resultados de 2022 deben entenderse de forma exploratoria hasta terminar el año, considerando posibles factores estacionales.
El aumento en gravedad también se ha visto reflejado en antecedentes más recientes entregados por Carabineros de Chile con cifras actualizadas al 1 de junio de 2022. En donde en un contexto de disminución del total de detenidos, sí han aumentado la proporción de delitos de robos violentos de un 19,26% en 2020 a un 22,3% en 2022, así como el robo violento de autos de un 32% a un 46%. (Fuente: Minuta comportamiento delictual de NNA entre 2020 y 2022, Carabineros de Chile)
Concentración de detenciones por adolescente
Un análisis en profundidad de las detenciones de Carabineros de Chile a adolescentes realizadas entre abril de 2019 a mayo de 2022, muestra un promedio de 1,69 detenciones por cada adolescente en cuatro años, en un rango que va desde 1 hasta un máximo de un caso que tiene un total de 82 detenciones en todo el período. El detalle puede verse en el Gráfico N°5 que distribuye cada caso según total de detenciones.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos obtenidos por entrega de información de Carabineros de Chile
Por su parte, los datos del Gráfico N°6, muestran que un número reducido de adolescentes concentran una alta cantidad de detenciones. Al ordenar los datos según cantidad de detenciones de mayor a menor y esto distribuirlo según deciles, es posible identificar que el 10% de los adolescentes explican el 35% del total de detenciones.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos obtenidos por entrega de información de Carabineros de Chile
Al profundizar en cómo es el tipo de delito según la cantidad de detenciones de cada adolescente, con especial foco en el desarrollo de delitos de interés público, el Gráfico N°7 muestra la distribución de éstos de manera separada según diferentes categorías de concentración de detenciones por cada caso: en total, de 1 a 2 detenciones, de 3 a 5, de 6 a 10 y de 11 o más en todo el período, los que mediante el filtro del gráfico pueden ser explorados comparativamente. A su vez, clasifica en dos categorizaciones de delitos. Una que identifica los tipos de delitos: de alta connotación pública (tales como robos, hurtos, violencia, atentados, incluyendo violencia sexual), asociados a uso de armas, asociados a drogas o tráfico y otras; y la otra que muestra el delito en específico.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos obtenidos por entrega de información de Carabineros de Chile
Al respecto, es posible identificar que la composición del tipo de delito va variando en la medida que aumenta la cantidad de detenciones por cada caso. Al principio la categoría «Otros» es la preponderante, principalmente por infringir normas higiénicas y de salubridad y por el delito de desórdenes públicos. Sin embargo, a medida que aumenta la concentración de delitos, aumentan los de alta connotación pública. Si bien dentro de esta categoría se consideran los hurtos, y con ello el de supermercados (lo que tuvo especial repercusión en 2019 en el contexto de crisis social), aún así es posible identificar un aumento de la proporción de los delitos de robos y lesiones. Asimismo, las aprehensiones por orden judicial aumentan en la categoría «otros», las cuales pueden involucrar diversos tipos de delitos.
Los resultados expuestos muestran que el problema no es un “aumento de delitos”, o que «los adolescentes están cometiendo más delitos». El problema es algo más complejo, relacionado a cómo las trayectorias de vida de algunos adolescentes se ven gravemente afectadas, y cómo en ello pueden estar influyendo diversos fenómenos sociales, de explotación y vulneraciones de derechos.
Esto resulta relevante, ya que resulta fundamental no caer en la estigmatización general de los y las adolescentes. Cómo afirma el Comité de los Derechos del Niño, en su Observación General N°24, relativa a los derechos del niño en el sistema de justicia juvenil, se requiere «una protección permanente contra la publicación de información relativa a delitos cometidos por niños«, lo que causa «una estigmatización permanente».
En este marco, se hace necesario analizar la situación con mayor profundidad y preguntarse si los sistemas orientados (y proyectados) para la prevención del delito y la reinserción social, son capaces de generar las respuestas que se necesitan para trabajar sus modelos de intervención, mirando estos adolescentes, considerando su participación en el proceso y sus trayectorias de vida.